El ajedrez y la educación

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El ajedrez nos enseña a determinar prioridades y concentrarnos en la amenaza más peligrosa o el plan más importante. Esta capacidad de establecer prioridades nos ayudará en la vida cuando tengamos que elegir entre varias opciones. Al haberlo entrenado, nos saldrá más fácil elegir la opción que más nos servirá.

Los principios del ajedrez pueden ser de utilidad en muchas fases de la vida, donde una partida puede tener un enfoque más táctico o más estratégico. En cualquier caso, es necesario adaptarse a lo que ocurre sobre el tablero durante el transcurso de la partida. No deben influir en eso ni el estado de ánimo en el que estamos, ni las decisiones que hayamos tomado. En la vida ocurre lo mismo. Muchas veces nos vemos forzados a afrontar situaciones y circunstancias sobre la marcha y sin que estuviésemos preparados para ella de antemano.

George Butau, nació en el suburbio de Mabvuku, ciudad de Harare, la capital de Zimbabue, -un país sin litoral situado en el sudeste de África, entre el río Zambeze, las cataratas Victoria y el río Limpopo– el 16 de septiembre de 1972. Es el cuarto nacido en una familia de 6 hijos, “Mi crianza fue dura, crecí en una familia pobre, en un municipio marginado de Zimbabue. Solíamos incluso dormir con el estómago vacío”.

Butau actualmente vive en Ciudad del CaboSudáfrica -según datos suministrados por el Lic. en Ciencias de la Educación Ricardo Sánchez Alonso, que sigue su trayectoria– desde los 5 años juega al ajedrez. En diciembre del año 2020, con los pequeños ahorros que tenía, construyo una choza en el fondo de su casa y comenzó un proyecto para presentar el ajedrez a los niños de las comunidades donde vive. Estas comunidades están tan marginadas y con tantos niños desfavorecidos y hay pocas o ninguna instalación recreativa disponible. Esos niños pasan gran parte de su tiempo deambulando por las calles y sentados en las esquinas. Esto incluye actos de violencia, asesinatos, robos, hurtos, etc. Hay altos niveles de abuso de sustancias, drogas y alcohol, altos índices de embarazos adolescentes, de alcoholismo en menores de edad, abandono escolar y bajos índices de aprobación en las escuelas.

En ese contexto tan preocupante e inquietante decidió comenzar este proyecto de lunes a sábados, para que ayudar a mantener a los niños fuera de las calles y desarrollar mejores mentalidades, ayudar a impulsar su coeficiente intelectual y creatividad, ayudarlos a concentrarse en proyectos de vida, a mejorar su rendimiento académico y, lo que es más importante, ayudarnos a construir comunidades más seguras para todos.

Desde que comenzó este proyecto en diciembre de 2020, la respuesta ha sido abrumadora y ahora son 231 niños los que participan en su proyecto, una asombrosa cantidad de mujeres, 165 son niñas y 66 niños, incluidos 18 huérfanos y 6 niños mudos, y el número va en aumento.

Butau comenta que al inicio contaba con 4 juegos que compró literalmente «sacrificando» los pequeños ahorros que tenía porque había perdido su trabajo debido a la pandemia de Covid en el año 2020. Agrega que puso en marcha este proyecto con 6 niños que eran mis 2 hijos de 13 y 10 años y sus amigos que los visitaban con frecuencia en su casa.

Luego invitó a otros niños de su barrio que pasaban la mayor parte del tiempo deambulando y sentados en las esquinas. Después de 3 semanas tenía 18 niños en su proyecto y sacrificó más de los pequeños ahorros que tenía para conseguir algunos materiales y construir una choza en el patio trasero de su casa para usarlo únicamente para este proyecto. A partir de ahí, -declara Batau– comenzó a desarrollarse mucho revuelo en la comunidad sobre el ajedrez y más y más niños comenzaron a llegar. Aquí estamos ahora con 235 niños.

Junto con mi esposa les damos para comer un poco de arroz, vegetales mixtos, salchichas y frijoles, -agrega Batau– y los domingos después de los estudios bíblicos les damos bocadillos/panecillos y bebidas.

Botau comenta también que envía periódicamente solicitudes a personas e instituciones para pedir ayuda con ropa usada, zapatos escolares, artículos de tocador, artículos de papelería y cualquier apoyo para ayudar a los niños en mi proyecto.

La Fundación Eade ha patrocinado a George Bateu en su trabajo en Ciudad del CaboSudáfrica.

Batau tiene grandes planes. No sólo quiere renovar y mejorar su academia, sino también acercarse a las escuelas de la zona. Existen 57 escuelas en el área donde aún no se dan clases de ajedrez. George Butau quiere introducir el juego en estas escuelas, establecer una competencia real entre estas instituciones educativas y organizar torneos. Los ganadores pueden obtener una beca.

En el presente es convocado por diferentes directores escolares de los colegios de clase baja y media para acercar el juego de mesa a la educación formal y formar clubes del juego ciencia donde trabaja Ad honorem.

Sus alumnos participaron en el torneo anual de ajedrez Khayelitsha en diciembre del 2023.

Este año Butau fue reconocido por la Federación Internacional de Ajedrez como profesor diplomado y tiene una biblioteca con donaciones de libros de otros países.

Lleva su programa de ajedrez con otros profesores a los niños de zonas rurales y remotas del sur de África, y está preparado para dar clases en el suelo, en veredas, en plazas y aulas escolares.

En la vida es necesario que identifiquemos y evitemos los errores de manera proactiva, porque no visualizarlos de antemano nos ha causado grandes daños.

En nuestro país la máquina de la propaganda peronista, a la que se sumaron los sindicatos docentes -produjo en las últimas décadas-, padres con poca instrucción, incapaces de analizar lo que sucede, que se dejan llevar por opiniones de terceros, sin una formación de pensamiento crítico propia, que en definitiva repercute, también, en la educación de sus hijos. En síntesis, el niño y los jóvenes son la primera víctima para un futuro cercano.

El secreto de la libertad radica en educar a las personas, mientras que el secreto de la tiranía está en mantenerlos ignorantes”, aseguraba Robespierre.

Un buen jugador de ajedrez distribuye el tiempo de manera inteligente. En la vida también deberíamos distribuir el tiempo de manera sabia y dedicar más tiempo a aquellas actividades que sean importantes y productivas evitando perder el tiempo con actividades que no sirvan para nada…

En el ajedrez es necesario colocar las piezas en las mejores casillas. Aquellas piezas para las que no queden casillas buenas se llaman “piezas malas” y son un lastre. Es mejor deshacerse de ellas. En la vida también deberíamos liberarnos de aquellas cosas y actividades que no nos hagan bien.

Por: Ernesto Martinchuk, periodista

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Por Ernesto Martinchuk, periodista.

Periodista.

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